martes, octubre 16, 2007

Christina Rosenvinge y Nacho Vegas en "Verano Fatal"

Es la última creacion dual de la distinguida Christina Rosenvinge y el impecable Nacho Vegas. Proximamente habra un corta gira en España donde van a plasmar este hermoso y creativo trabajo. He aqui las siguientes notas y entrevistas:

Teoría y práctica del caosEn 15 días, Christina Rosenvinge y Nacho Vegas compusieron y grabaron un disco y prepararon la gira más esperada del Rockdelux Music Weekend.

NACHO VEGAS & CHRISTINA ROSENVINGE.- El disco sale a la venta el lunes 22. Gira Rockdelux Music Weekend: jueves 18 en la Sala Heineken (24-30 euros) y domingo 21 en la Sala Moby Dick (15-20 euros).

Se conocieron por e-mail, que es la forma en que contactan los tímidos, y han mantenido una amistad intermitente durante seis años, que es como se relacionan los músicos a quienes cuesta tomar decisiones.
Pero, de repente, en un verano genial, compusieron y grabaron un disco y prepararon una gira conjunta en sólo dos semanas, que es lo que hacen los indecisos cuando les ponen una fecha límite. Nacho Vegas (Gijón, 1974) y Christina Rosenvinge (Madrid, 1964) escribieron a dos guitarras 'Verano fatal', un álbum de siete canciones que presentan casi sin haber ensayado en el ciclo Rockdelux Music Weekend. En sus palabras: «Será espontáneo por necesidad».

PREGUNTA.- Todo lo que rodea 'Verano fatal' es bastante irónico, incluso divertido: las letras, la portada o la descripción de su estilo en la página de MySpace, "canción popular melodrámatica". Parece un disco muy juguetón.
CHRISTINA ROSENVINGE.- Es cierto, la gente se toma en serio nuestro pesimismo cínico, cuando no debería ser así.
NACHO VEGAS.- El disco tiene bastante de juego, sobre todo al escribir las letras, donde metíamos mucha ironía y autoreferencias. Sí, lo veo como un disco que puede ser divertido. Pero lo de canción melodramática me suena un poco rancio... Yo, como definición, prefiero canción tragicómica.
P.- ¿En qué sentido el proceso de creación era un juego?
N.V.- Nos reunimos en Gijón una semana con la idea de ensayar y preparar el repertorio de la gira pero, al final de esa primera semana, decidimos concentrarnos en terminar las canciones que había esbozadas y grabarlas a la semana siguiente. Todo fue un poco como buscar el orden dentro del caos de componer a medias e intentar a la vez jugar con lo que conocíamos el uno del otro, con referencias a antiguas canciones y a lo que vivíamos ese tiempo.
C.R.- Hicimos algunos temas mano a mano, en los que uno proponía una idea, el otro la completaba... En otros nos tomamos prestados como personajes, que fue la parte más divertida.
P.- ¿Y cómo ve el personaje de Nacho?
C.R.- Mmm (ríe)... Sería como una figura a lo Rimbaud, que juega con el malditismo y que es un talento precoz, muy deslumbrante. Tiene más inteligencia que años y, al mismo tiempo, eso se mezcla con su fragilidad y con su inaccesibilidad.
P.- Ahora es el turno de Nacho.
N.V.- Christina da la impresión de ser una mujer de hielo, como impenetrable, y en realidad tiene algo de ello. Por eso es muy interesante usarla como personaje, para intentar traspasar esa capa de frialdad y buscar la fragilidad que hay por dentro.
P.- Como una mujer de Hitchcock...
N.V.- Sí, sí, ¡exactamente!
C.R.- De hecho, todo esto sale en un verso: "Durante esa semana yo buscaba su fuerza y él buscaba mi debilidad".
P.- El CD suena muy fresco, aunque tiene muchas capas y lecturas.
C.R.- Fue un poco frenético y tuvo algo de infernal también porque, en el fondo, era una situación forzada. Nos conocíamos y ya éramos amigos, pero convivir 24 horas al día y a toda velocidad para acabar algo no era fácil. A mí, por ejemplo, me cuesta mucho terminar mis canciones, suelo tirarme meses...
P.- De cara al aficionado 'indie', éste es un proyecto muy prometedor. ¿Temen que se sienta defraudado porque se hizo muy rápido y está lleno de guiños privados?
C.R.- Todo lo contrario, yo creo que precisamente por eso es apetecible. Si lo hubieramos pensado mucho y con un orden, probablemente no habría terminado en nada. Salió bien porque fue un impulso.
N.V.- Pero, a pesar de lo apresurado que fue todo, los dos somos bastante exigentes. Yo, desde luego, lo considero mi disco de este año y creo que dejará huella en mi próximo CD, como pensé con el que hice con Bunbury ('El tiempo de las cerezas', 2006).
P.- En la historia del pop, los dúos hombre-mujer son como un subgénero, pero lo suyo no tiene mucho que ver.
N.V.- Queríamos huir de eso porque nos parecía lo más obvio, aunque aquí de lo que se trataba era de enfrentar dos formas de componer que dan lugar a algo nuevo.
C.R.- Recuerdo que el primer día fui a su casa y cogí un montón de discos que podían sonar como lo que preparábamos, pero al final no usamos nada. Creo que las canciones surgieron de otro sitio.
P.- Y después de estos cuatro conciertos, ¿habrá más o será el fin de fiesta?
C.R.- Si todo va bien, continuaremos, porque lo que está saliendo nos gusta y nos divierte tocar juntos.
N.V.- Probablemente en noviembre haya mas actuaciones. Pero este fin de semana nos dirá un poco cómo va la cosa. A lo mejor luego en gira no nos soportamos (ríen).
P.- ¿En qué consistirá la actuación?
C.R.- Durará como una hora y no habra versiones. Tocaremos estos siete temas y otros siete de nuestros repertorios, en los que ambos podamos intervenir para estar siempre juntos en el escenario... aunque a veces eso te pone en un aprieto porque igual sólo meto un coro y el resto del tiempo no sé qué hacer. A lo mejor cojo unos pompones de 'cheerleader' y preparo unas coreografías (ríe).
N.V.- O tocas acordes con la guitarra desenchufada, como Elvis (ríe).
P.- Además de lo que hay en 'Verano fatal', ¿tienen más material?
N.V.-. No, aunque en realidad hubo un momento previo a este encuentro, en invierno, cuando fuimos a Granada y se conocieron Jota (Los Planetas) y Christina y estuvimos en su estudio a ver si salía algo. Algunas canciones del disco ya las tocamos allí y también había al menos otras cuatro que son como hermanas de éstas, pero que se quedaron en el limbo porque, cuando nos juntamos en verano, Jota estaba concentrado con Los Planetas...
C.R.- Es que somos muy mala combinación los tres, la verdad, muy desastres.
P.- Y el próximo año sacarán trabajos en solitario. ¿Pueden adelantar algo?
C.R.- Estoy haciendo canciones en español un poco por influencia de Nacho y de Jota, con acordes más sencillos y clásicos. Es música más inmediata, ligera y luminosa. Más pop, en definitiva.
N.V.- Yo ando ahora acabando temas que he ido componiendo durante el último año, que ha sido una época de transición por los proyectos junto a Enrique y Christina. Pero, vamos, aún veo lejano el próximo álbum.

Otra fuente: De supernovapop.com

Nacho Vegas y Christina Rosenvinge
Ficción autobiográfica
TEXTO: José M. Gallardo, Octubre de 2007
Una de las uniones más explosivas de los últimos años para el pop independiente de este país, da como resultado un mini-lp titulado Verano Fatal, una serie de actuaciones en directo y por supuesto una oportunidad única para saber lo que puede deparar que dos artistas tan distintos –en el fondo tan parecidos- compongan juntos, convivan, se expresen juntos.
Malasaña. Un bar cualquiera. Christina y Nacho. Altos, rubios, de negro y escondidos tras sus gafas de sol. Objetivo: charlar largo y tendido de un disco que aunque muy corto (siete canciones en apenas media hora) resulta muy sugerente, muy compacto, atractivo, como las personalidades que se esconden tras su creación. Procesos espontáneos de composición y grabación, confrontación entre ficción y realidad, ejercicios de tolerancia, de autoreferencias, homenajes, juegos lingüísticos, simbolismo, metáfora, guiños y respeto mutuo. Una mezcla contundente que en el idioma musical se traduce en canciones vitales que son mucho más que un experimento. En boca de sus artífices un orgullo y algo muy personal. Os invitamos a sumergiros en esta larga entrevista en la que ambos se entrelazan con los finos hilos del artista y el personaje. La historia empieza aquí, hacemos chás y aparecemos a su lado.Creo que vuestra reunión es una propuesta que surge desde la revista Rockdelux. ¿No estaba ya en vuestra cabeza con anterioridad?Nacho Vegas: En principio sí, ha surgido tras la propuesta de Rockdelux pero eso simplemente nos ha dado la excusa suficiente para ponernos las pilas con los plazos y juntarnos porque siempre hablábamos pero nunca nos poníamos de acuerdo, somos los dos muy desorganizados. ¿Cuando surge en vuestra cabeza la idea de hacer algo juntos?N.V.: A mi me gustaba lo que hacía Christina desde hace mucho tiempo y contacté con ella hace unos cuantos años, en 2001 yo creo. Ella no me conocía en aquellos momentos, le propuse hacer algo, pero ella estaba viviendo en Nueva York por aquel entonces. Cuando volvió a España nos conocimos en un Primavera Sound en el que tocábamos los dos, fuimos coincidiendo, poco a poco ella fue conociendo también mis discos y fuimos hablando de hacer algo con el tiempo.Christina Rosenvinge: Él me mandó un e-mail, pero por aquel entonces yo no había oído hablar de él nunca, pero ya me mencionaba a su grupo Manta Ray. Cuando volví a Madrid compré todo lo que pude de él y me gustó mucho. Vi realmente que no era una propuesta arbitraria sino que teníamos algo que ver y que teníamos un terreno común que podía desarrollarse. En vuestra opinión ¿cual es ese terreno en común entre vosotros?C.R.: Los dos le damos mucha importancia a las letras y sobre todo nos gustan canciones que tienen un punto intimista, los dos nos desarrollamos mejor en ese terreno que en uno más ruidoso, aunque también nos gusta hacer ruido eventualmente. Tenemos muchas referencias parecidas además. Nacho a mí me parece que es un músico que trasciende a su generación y que no es víctima de la moda del momento, es un autor a la manera clásica, que utiliza fórmulas que llevan funcionando mucho tiempo pero de una forma totalmente personal. Me interesa mucho el punto en el que él reinventa lo inventado.N.V.: Aunque venimos de sitios diferentes creo que de alguna manera terminamos confluyendo en unos referentes comunes. Cuando yo empecé a escuchar a Christina ella tenía referencias muy dylanianas, al principio de todo cuando estaba con Alex y Christina todo el pop francés y eso, mucho Dylan y los Rolling. Después en esta última época se acercó a sonidos más contemporáneos sin olvidar esas referencias. Digamos que yo hice un poco lo mismo pero a la inversa, yo crecí con The Smiths o Sonic Youth y de ahí fui hacia atrás, curiosamente siempre acabas en Dylan. Si haces canciones tienes que quedarte ahí para siempre. Aparte de los referentes comunes tenemos una actitud parecida a la hora de enfrentarnos a las canciones a pesar de que escribimos de forma diferente, precisamente por eso era muy interesante buscar la confluencia de los dos. Cuando ya decidís que es el momento y os juntáis para grabar canciones. ¿Cómo os ponéis manos a la obra, ya tenéis canciones o van surgiendo poco a poco?C.R.: Fue todo de una manera muy espontánea, quedamos en que yo iba a pasar una semana a Gijón y que íbamos a concretar el repertorio de lo que íbamos a tocar y tal vez intentar escribir dos o tres canciones nuevas y grabar un Ep. En esa semana en vez de hablar del repertorio que ya existía, que nos aburría muchísimo, nos pusimos a hacer cosas nuevas, mezclarnos lo más posible, por mi parte inducida por una canción que había escrito Nacho en la que me usaba a mí de personaje, entonces le devolví un poco el juego y le usé a él en otra. Yo había escrito una canción que se acercaba más al estilo de Nacho que al mío y quería que él la cantara. Utilizamos todas las formas posibles que te puedas imaginar, desde él hacer la música y yo la melodía, hasta hacer algo realmente a medias, todas las fórmulas que se nos ocurrieron. ¿Es “Verano Fatal” esa canción de la que hablas en la que tú usas a Nacho de personaje?C.R.: Esa canción empezó con un riff que él tenía, sobre eso a mí se me ocurrió una estrofa, él escribió un estribillo y luego escribí otra estrofa. En esa canción hablamos en concreto de esa semana que estábamos viviendo como una especie de convivencia intensísima en la que estábamos juntos día y noche, hubo conversaciones muy febriles y todo eso queríamos que estuviera en la canción. Cosas que él decía las metía en la letra al día siguiente y nos robábamos constantemente.N.V.: ¿Pero es en esa canción en la que me citas como personaje?C.R.: No, te utilizo como personaje en otra (risas)N.V.: No sé cual dices.C.R.: En "Verano Fatal", en la primera estrofa, sí describo el momento en el que yo le vi en el Primavera Sound tocando.N.V.: ¿Pero en qué otra me utilizaste?C.R.: ¿Eh? (risas)…Te mueres de ganas de saberlo.N.V.: Ya me gustaría saberlo.C.R.: Eres el personaje en “Humo”. Es lo que querías que dijera además. Es la respuesta a otra canción que él había escrito.
Cuando nos planteamos hacer esto para mi colaborar con Christina era una forma de rendirle homenaje y mostrarle admiración por sus canciones
Curiosamente las letras de este disco muestran muy bien esos mensajes que os mandáis casi como contando una historia verídica, con una forma de narrar muy interesante en la que no se sabe si lo que contáis es autobiográfico o no. ¿Esa ambigüedad es la que queríais transmitir?C.R.: Todo eso es un juego en realidad ¿sabes?. ¿Autobiográfico?, en realidad la biografía real es un accidente, la realidad es un accidente y muchas veces cuando escribes una historia, reescribes tu historia en otras directrices, escribir te da esa posibilidad de utilizarte a ti o a otros para reescribir la historia y siempre tomas elementos de la realidad y elementos de la fantasía. Por eso se llama ficción (risas).Tal como está escrito este mini-lp ¿podríamos hablar de una historia cronológica con principio y final?C.R.: No, nunca lo ordenamos de esa manera, habría sido divertido hacerlo de esa manera, pero no. Tal vez la etiqueta de este disco podría ser ficción autobiográfica, ¿qué te parece esa etiqueta? (risas)N.V.: Sí, no está mal. A mí siempre me da dudas la palabra autobiográfico. Me parece más un estilo periodístico. Ficción autobiográfica estaría bien, muchas veces hay que recurrir a la ficción para contar cosas más de verdad que si cuentas la propia realidad. De todas formas la realidad es una buena materia prima pero las propias canciones tienen que trascenderla y transformarla en verdad.C.R.: Además funciona en las dos direcciones. Unas veces escribes sobre algo en concreto que ha ocurrido, pero si escribes sobre algo que no ha ocurrido muchas veces eso se acaba convirtiendo en realidad, es decir, muchas veces funcionan como premoniciones, que es una cosa de la que se habla en una de las letras.N.V.: Hablamos de eso en una de las conversaciones que tuvimos en Gijón y es cierto que es una cosa que no sé como explicar, porque no tiene explicación lógica, pero muchas veces las canciones son premonitorias. A veces escribes algo que no sabes muy bien por qué lo escribes y al cabo de un tiempo te das cuenta de que tenía alguna razón porque realmente ha ocurrido. Precisamente estuvimos hablando de una escritora que me gusta mucho, Carson McCullers, que decía que todo lo que había escrito le había sucedido o le sucederá. Esa es la imagen que tiene jugar con la ficción y la verdad. Aparte de la realidad como materia prima, también está la imaginación que es algo muy íntimo, es algo que sucede en tu cabeza, que es algo tan íntimo y tan tuyo como lo que te sucede, o más todavía. El punto onírico da lugar a algo que resulta muy revelador.¿No puede dar un poco de vértigo pensar que las letras puedan ser tan premonitorias?C.R.: No funciona tampoco de una manera tan automática, sino sería fantástico (risas)N.V.: Podría escribir que me tocara la lotería y a cobrar (risas). Funciona de una manera más inconstante.¿Puede ser entonces que sólo funciona a nivel simbólico más que práctico?C.R.: Sí efectivamente, a mí me ha ocurrido escribir canciones que eran poéticas y muy herméticas en las que yo escribía frases porque me gustaba como sonaban y que no sabía que significaban y de repente esas frases han tomado sentido con el tiempo y de una manera clarísima además. Yo creo que de alguna manera la intuición, sobre todo cuando te dedicas a la música, está desarrollada de una manera que no controlas, mucho más que la inteligencia, que es algo de lo que un músico adolece... adolecemos (risas).¿Entonces hay falta de inteligencia entre los músicos?C.R.: Digamos que no la utilizas tanto, utilizas mucho más otras partes de tu cerebro, la música funciona de una manera intuitiva, tu aprendes realmente sin procesar, va directamente de tus venas al instrumento, de alguna manera… ¡joder que cursi me estoy poniendo, que horrorosa! (risas)Después de tener el material preparado, llega el momento de la grabación ¿cómo fue este proceso?N.V.: Fue todo sobre la marcha. Después de esa primera semana en la que la dedicamos en hacer canciones nuevas, ensayar y escribir canciones juntos, decidimos que la siguiente grabaríamos. Fueron dos semanas muy intensas de estar mucho en el estudio y el tiempo que no estábamos en el estudio lo dedicábamos a las canciones. Por eso es un disco que refleja muy bien su titulo: Verano Fatal, era como si hubiera sido un verano en el que tenía que ocurrir algo que no sabíamos lo que era pero que salió esto porque tenía que ser así.¿Fue un verano fatal sólo por eso?C.R.: Había algo también del entorno. La postal era: verano, Gijón en estado de efervescencia con la playa llena de gente, fiestas y gaitas por toda la ciudad y nosotros emergíamos del estudio, de la cloaca y dábamos un paseo pálidos por la playa, en un estado demacrado, era el anti-verano de alguna manera.
Nacho a mi me parece que es un músico que trasciende a su generación y que no es víctima de la moda del momento
Sois músicos que siempre os rodeáis para vuestras grabaciones de gente de confianza ¿cómo habéis hecho para juntar a la banda que os ha acompañado en la grabación?C.R.: Yo he contado con Charlie Bautista, que es mi complemento ideal, él tiene todo lo que yo no tengo y hace todo lo que yo no puedo hacer.N.V: La idea era que cada uno tuviera un músico de confianza. Christina se trajo a Charlie y yo quería contar con Xel Pereda, que además grabamos el disco en su estudio y como estábamos en Gijón la base rítmica eran mi batería Manu y Luis, un bajista con el que yo apenas había tocado pero que conocía de sobra. Nos apoyábamos cada uno en nuestros escuderos. Tal vez fue lo más difícil, los primeros días…C.R.: Encajar unos con otros. No fue fácil, tampoco fue una luna de miel desde luego, hubo fricciones, momentos tensos, ha habido de todo, la situación ha ido mejorando con el tiempo. Cada vez nos hemos ido entendiendo mejor y TO-LE-RAN-DO (risas) -es que tenemos una pelea sobre el significado de esta palabra- tolerando las debilidades o las manías del otro. Los dos somos bastante jodidos, no sé quién más, yo sonrío más pero Nacho es más amable en el fondo.N.V.: Tampoco sonríes tanto, no te creas que eres ahí…C.R.: ¿Yo? vamos una tarta de fresa.N.V.: La cosa es que a la vez que nos íbamos conociendo en el estudio y sabiendo donde estaban nuestros puntos débiles teníamos que acoplarnos, nos fuimos conociendo en el plano personal y eso hizo que todo fluyera y que a pesar de que al principio todo fue muy difícil había mucha comunicación fuera del estudio y pudimos terminarlo sin problemas.Una vez terminado el disco y después de escucharlo ¿veis que ha resultado un disco personal para cada uno de vosotros?C.R.: Sí, es absolutamente personal, no es como el homenaje que he hecho hace poco a Leonard Cohen, que es un trabajo muy bonito, pero era como un trabajo de encargo. Este disco para mí era absolutamente personal. Está hecho en combinación con Nacho pero hay tanto de mi como en cualquier otro mío.N.V.: No es un ejercicio que podría ser simplemente una colaboración para ver como podemos sonar de bonitos los dos juntos. Lo compusimos juntos y lo considero un disco muy personal y especial porque nunca había escrito canciones con nadie y un disco que no podría haber sucedido más que como sucedió. Es un disco diferente pero tan importante como cualquiera de los que he hecho.¿Dentro de vuestras largas trayectorias en solitario ¿qué significa este disco ahora mismo: un paso adelante, un experimento, una suerte el poder haberlo hecho, algo de lo que estar simplemente orgullosos, una experiencia que no queréis volver a repetir?C.R.: Yo estoy muy contenta, el resultado me parece muy inesperado, lo he estado escuchando muchísimo últimamente. Esta es una profesión fantástica en la que puedes trabajar solo o puedes vivir este tipo de situaciones en las que puedes hacer algo a medias. Para mí ha sido una oportunidad única y para mí es un disco totalmente propio.N.V.: Estoy muy orgulloso de este disco y para mi supone marcar una época de transición, quería tomarme un tiempo después de Desaparezca Aquí para saber cuál iba a ser mi siguiente disco pero no quería dejar de hacer canciones; por eso la reunión con Enrique Bunbury el año pasado y este con Christina me han servido para tener las cosas más claras. Es un disco que seguro que va a dejar huella en lo siguiente que haga y a pesar de ser una época de transición, los discos en esta época son discos muy importantes, tanto como los discos donde tienes seguro donde estás, si es que lo sabes alguna vez.Esta es para Nacho. Hay algo que llama la atención y es que tus discos en solitario suelen resultar discos duros ¿es posible que este disco te haya servido para respirar y que haya resultado para ti un disco más agradable y optimista?N.V.: No sé si más agradable, teniendo en cuenta que se llama Verano Fatal, tampoco sé si es más optimista. No sé…probablemente sí, por como se hizo el disco y haberse fraguado en dos semanas, no sé, a pesar de lo que decimos es posible que haya algo de optimismo vital que en otros discos míos en los que las canciones tardo en escribirlas muchísimo tiempo, quizás al resultarme más duro escribir el resultado puedan ser discos más duros. Escribir con Christina ha sido más fluido y el hecho de poder apoyarme en ella y delegar en ella puede haber hecho que sea un disco más fácil y más fluido. También creo que el hecho de que no sea un disco largo ayuda mucho a esa sensación.¿Os sentís identificados con el concepto de dúo como en los sesenta en Francia que solía hacer Serge Gainsbourg?N.V.: Es un concepto diferente y aunque era un dúo que yo tenía en mente más sabiendo que a Christina también le gusta la música francesa, en realidad Gainsbourg era el compositor y elegía sus compañeras, en este caso somos dos compositores, yo la elijo a ella y ella me elige a mí, entonces es diferente la unión. Queríamos evitar el tópico de chico-chica pero no hizo falta proponérselo porque en realidad se trataba de dos personalidades, tanto compositivas como interpretativas, independientes. Hay una canción que se llama “Que Nos Parta Un Rayo”, que curiosamente es un título muy parecido a un título de un disco de Christina que se titulaba Que Me Parta Un Rayo. ¿Hay alguna conexión entre esta canción y aquel disco?C.R.: Me gusta muchísimo de la parte de Nacho cómo ha metido cosas mías, frases mías o guiños a mi pasado y cómo lo ha engarzado todo con su propia historia, creo que ha hecho un trabajo muy bonito y me parece muy admirable, algo que yo no sabría hacer.N.V.: Cuando nos planteamos hacer esto, para mí colaborar con Christina era una forma de rendirle homenaje y mostrarle admiración por sus canciones. Esos guiños me apetecía incluirlos, esa canción que dices la escribí en los meses finales, el título del disco de Christina me gusta mucho, es un título que envidio mucho, de todas formas coger préstamos no es algo que tenga tanto mérito, forman parte del juego de las autoreferencias de este disco, de las que algunas sólo nosotros sabemos su origen, que se pueden entender fácilmente y que tal vez habría que desvelar de donde vienen, es un pequeño juego.El traslado al directo se limita a los cuatro conciertos del Rockdelux Weekend o habéis pensado hacer más conciertos?C.R.: Va a haber más seguramente.N.V.: En Noviembre pero aún están cerrándose cosas.Esta unión promete ¿creéis que se repetirá en el futuro?C.R.: Es posible, si somos capaces de superar la prueba de ir de gira juntos (risas), desde luego nos apetece.N.V.: Es pronto para decirlo. Lo siguiente que hagamos será cada uno por su camino. Pero a mi también me apetecería que nos volviésemos a encontrar.