lunes, noviembre 03, 2008

Entrevista a Christina Rosenvinge - Tu labio superior


Tras pasar un verano fatal, Christina Rosenvinge se encuentra inmersa en un otoño cargado de trabajo. La cantante madrileña de ascendencia danesa acaba de publicar Tu labio superior, un nuevo disco en solitario que esconde algunas sorpresas, y cuya promoción coincide con los últimos coletazos de su flirteo musical junto a Nacho Vegas. De hecho, la presente entrevista tiene lugar mientras viaja en dirección a Santiago de Compostela, para ofrecer el último concierto de su gira conjunta.Me temo que la primera pregunta no va a ser muy original: ¿Por qué has grabado nuevamente un disco completo en castellano?¡A nadie se le ha ocurrido preguntármelo! (risas). Ha sido algo natural. En el disco anterior, ya había tres canciones en castellano. Está relacionado con el hecho de que ahora que vivo en España y toco para público español. En la gira de Continental 62, las canciones que iba componiendo eran en castellano, porque las podía tocar en el show. También he tenido un reencuentro muy feliz con el idioma, porque aunque me gusta escribir en inglés, porque es un idioma muy musical, y siempre he cuidado mucho las letras, no lo domino tanto como el castellano.¿No ha tenido nada que ver la decisión con la aventura junto a Nacho Vengas en Verano fatal?Creo que es parte de ello, pero ya había empezado a escribir en castellano antes. Ése fue otro momento de reencuentro feliz con el idioma. Además, era un disco basado, sobre todo, en la letras.Por cierto, ¿tendrá continuidad?Se han quedado canciones en el tintero y es posible que tenga continuidad, aunque no estoy segura. De alguna manera, es algo que ya está pasando, porque Nacho ha hecho coros en “En la distancia adecuada”, una de las canciones de este disco, y yo he cantado en el que él va a sacar próximamente.Por zanjar el tema: ¿Qué balance haces de la experiencia y de la gira, que tuvo una primera parte bastante insatisfactoria?Es verdad que la primera parte no salió tan bien como queríamos. Precisamente, decidimos prolongar la gira porque iba mejorando. Creo que ahora que es la última vez que vamos a tocar, es cuando realmente estamos más afinados. Esto pasa mucho.El nuevo disco marca también el regreso a Warner, diez años después del directo Flores raras, que tenía pinta de ser el típico disco para saldar un contrato pendiente.Sí, se grabó por ese motivo.¿Qué ha cambiado para que vuelvas: el sello o tú?Ambas cosas. Para mí, no es un regreso a Warner, sino a DRO. Alfonso Pérez está ahora en Warner y su actitud es muy distinta a la de la persona que había cuando me fui. Él forma parte de la industria, pero trabaja a favor del músico, y eso se nota mucho. Y en lo que respecta a mí, he vuelto de otra manera, porque ahora tengo Søster Records, mi pequeño sello, hago mis propias producciones y ellos las sacan una vez están terminadas. El funcionamiento no es el mismo que antes.Aunque Suso Saiz, que produjo Continetal 62, participa en el disco, vuelves a ejercer de productora. ¿Tan segura estabas de estas canciones?La producción ha consistido, básicamente, en diseñar la grabación: cómo iba a hacer qué, y con quién, en cada sitio. A partir de ahí, todo ha sido muy fácil. He firmado la producción porque he tenido ayuda en todo momento, pero nadie ha estado en toda la grabación. En la primer parte fue Steve Shelley quien me ayudó. Montamos varios días de ensayos en su estudio, en Hoboken (Nueva Jersey), grabamos en directo, en formato analógico y en dieciséis pistas, con Aaron Mullan, que también es su técnico de directo, y que ya había grabado conmigo Foreign Land. Una vez tuve lo básico, volví a Madrid, añadí algunas cosas digitalmente usando el ProTools, y con todo eso volví a Hoboken, pero a otro estudio, a mezclar con John Agnello. Han sido tres etapas muy claras. Suso es como mi guía espiritual. Aunque sólo ha estado un par de días en el estudio, hablo con él todo el tiempo.Se ha dicho que Tu labio superior supone un retorno a tus discos de los primeros años noventa. ¿Lo ves tú también así?Quizá es porque vuelve a tener canciones escritas de manera muy sencilla. Después de haber hecho en Continental 62 un tema que tenía siete partes instrumentadas de manera diferente, éste disco es mucho más clásico en ese sentido, pero personalmente creo que va más allá de los discos de los noventa, y que se nota mucho todo lo que he aprendido desde entonces.Quizá da esa impresión por canciones como “Tres minutos”. Después de tantos discos melancólicos y de languidez instrumental, sorprende un rock tan fresco y directo.Sí, puede ser.En el álbum hay temas tuyos y otros coescritos con los músicos. ¿Debemos entender que algunos surgieron en el estudio?Son distintos casos. Charlie Bautista estaba tocando conmigo mientras escribía alguna canción y buscaba una parte nueva, y por eso hay dos temas coescritos en el disco, y un tercero que aparecerá en un EP futuro. “Las horas” está firmada junto a Jeremy Wilms, y realmente está escrita a medias. Mientras él tocaba la guitarra, yo cantaba, buscábamos melodías por encima de sus acordes. Y Steve Shelley la firma también porque la manera en que tocó la canción fue decisiva para que se convirtiera en lo que es. Igualmente, también aparecen como autores en “Tres minutos” porque, de alguna manera, las canciones son mucho mejores después de que ellos las toquen. Es un reconocimiento hacia ellos.La alineación de músicos es de lujo: Están Tim Foljahn, Chris Brokaw, Steve Shelley… Sólo echo de menos a Lee Ranaldo.Tenía una canción que quería mandarle para que participara, pero la grabación se hizo tan rápido y tenía ideas tan buenas de los músicos con los que estaba grabando, que hubiera resultado un poco artificial.¿Nunca has estrechado la relación con Kim Gordon y Thurston Moore, los otros dos miembros de Sonic Youth?Cuando la gente alude al tema, siempre aclaro que con quien tengo una relación estrecha es con Steve Shelley, que edita mis discos en Estados Unidos. Llevo diez años tocando con él. Lee Ranaldo produjo Cerrado y ha colaborado alguna otra vez a lo largo del tiempo. A Kim y Thurston les saludo de vez en cuando en el camerino, cuando voy a verlos, pero no tengo relación de ningún tipo con ellos.El disco incluye una versión de “In the evening”, un tema de Leroy Carr que han tocado casi todos los bluesmen del mundo. ¿Cómo surgió la idea de grabarla?Two Dollar Guitar estaban programados en el Tanned Tin el año pasado y Tim Foljahn nos invitó a Chris Brokaw y a mí a tocar algunas canciones con ellos. Chris también estaba actuando en el festival con Geoff Farina, presentando un disco de canciones tradicionales americanas interpretadas con guitarra acústica. Les oí tocar este tema mientras estaban calentando, antes de salir al escenario y me encantó. Más tarde, Chris me mandó la canción en un CD y le propuse grabarla, pero basándonos en lo que ellos habían hecho, porque es cierto la ha interpretado mucha gente, pero mi versión viene de la suya, que es mucho más blanca.¿Con qué músicos vas a salir de gira?Voy a hacer una banda en Madrid, con músicos muy buenos, para empezar a preparar las nuevas canciones y algunas cosas anteriores. Aparte, me gustaría tener un formato más acústico, con la chelista del disco, Aurora Aroca, para poder tocar al piano. Y es posible que, en febrero, hagamos una gira con los músicos americanos que han participado en el disco. Para mí es muy estimulante poder tocar las canciones en formatos diferentes. Pasar del formato eléctrico al acústico siempre me ha gustado mucho.Una curiosidad final. Aunque siempre has reivindicado tu pasado, en tu página web oficial sólo aparece la trilogía grabada en inglés. ¿Por qué?No está actualizada, es mi asignatura pendiente. Monté la web cuando salió Continental 62 para dar a conocer el sello, así que puse sólo esos tres discos. Todo lo anterior no lo puedo vender, no tengo los derechos. Lo dejé de momento, porque conceptualmente me gustaba también cómo quedaba. Creo que si la hiciera otra persona, habría que incluir todo lo anterior, lo que pasa es me aburre un poco removerlo. Ahora tengo cosas que me apetece más hacer

"Detrás de cada ruptura amorosa hay una adolescencia"



Christina Rosenvinge vuelve a cantar en español en su nuevo disco, Tu labio superior, once canciones que documentan la resaca de una separación sentimental





No es fácil crecer en el mundo de la música pop. Asociado a la efervescencia de la primera juventud, el pop también el rock corre el riesgo de esclerotizarse en la madurez.
De ahí que el término pop adulto suele asociarse, generalmente, con el aburrimiento. A los 20 años de edad, cuatro amigos con un par de estribillos envalentonados, un poco de talento y otro tanto de morro, pueden llegar a hacer un disco excitante. A los 40, las cosas se ven de otra manera. Son más complicadas.
Christina Rosenvinge habla de pop adulto sin vacilaciones. Se puede cumplir 44 años sobre el escenario de una sala de rock. Se puede tener dos hijos y seguir haciendo canciones tan sustanciosas más sustanciosas, en realidad como las que Christina vomitaba a los 20 en la segunda división de la Movida madrileña.
La cantante madrileña, de padre danés y madre inglesa, es un claro ejemplo de crecimiento artístico. Otros compañeros de generación léase pop español de los ochenta no pueden decir lo mismo. Casi todos.
«En mi nuevo disco, la música casi está al servicio de las letras»
Christina sigue siendo y pareciendo una estrella, una celebridad. Buscando un café tranquilo para hacer esta entrevista, la cantante avanza por la calle Mayor de Madrid enfundada en un abrigo oscuro, oculta bajo unas gafas de sol negras y agitando su brillante melena rubia. Si no fuera una famosa cantante, la gente se la quedaría mirando como si lo fuese realmente. Sentados a la mesa, su piel es aún más pálida, un tanto intimidante. Su rostro desvaído, lánguido, revive a la altura de los ojos: claros y despiertos. Todo un contraste, Christina, como su música.
"Al contrario de la creencia popular, creo que la música pop puede ganar mucho con los años dice, y no suena a justificación; el pop para adultos, y cuando digo adultos no hablo de 25, sino de gente de 40 ó 50, es un género en sí. Tocas de otra manera, simplificas, tienes un estilo muy determinado". Y para verificar sus palabras, el 4 de noviembre publica Tu labio superior, un disco, claro, de pop adulto.
De Nueva York a Madrid
"Para que las letras tengan vida, han de basarse en la experiencia propia"
Christina cambia de marcha. Sus últimos tres discos, en inglés, pertenecen a su etapa neoyorquina, donde vivió durante unos años en el cambio de siglo. Tu labio superior, en cambio, está cantado íntegramente en español. ¿Una vuelta a los noventa, a la época de los Subterráneos? "No había una estrategia. Fundamentalmente, canto en español porque llevo viviendo aquí cinco años. Por otra parte, el disco con Nacho Vegas [Verano fatal, publicado en 2007] ya era en español. Además, me apetecía contar historias que se entendieran". Era esto, más que lo otro. Lo dice más claro aquí: "En este disco, la música está casi al servicio de las letras".
De ahí la sencillez de sus nuevas canciones, mucho más básicas que las enrevesadas composiciones de sus últimos tres discos. ¿Se complicaba la vida? Christina se ríe, no se siente atacada y demuestra una habilidad poco usual para tomar distancia de su propia obra. "En Continental 62 [su anterior disco] estaba buscando hacer algo muy original, algo muy propio que no hiciera nadie más. Llegué a escribir una canción que tenía siete partes y en la que no se repetía la instrumentación. Cuando llegas a ese punto, o te pasas de rosca o vuelves a lo sencillo. Tu labio superior está hecho de una manera muy intuitiva, muy básica, lo que no significa que me repita. En estas canciones hay ideas nuevas, me estoy arriesgando. Hay un sonido distinto y una manera de escribir distinta", explica la cantante.
Antes muerta que compleja
"Escuchar este disco no es como leer el 'Diez minutos'"
Les pasa a muchos músicos (y artistas). Con los años, se vuelven sencillos. El británico Nick Lowe dice que componer una canción es desnudarla y desnudarla "hasta que no parezca que la he escrito yo". Jorge Oteiza se reía del miedo al folio en blanco: "¡Pero si no es más que escribir tres palabras y hacer combinaciones!".
Además, los músicos suelen merodear la simpleza cuando tienen cosas importantes que contar. Christina Rosenvinge ha vivido una ruptura amorosa y Tu labio superior la constata. "Para que las letras tengan vida y sean creíbles, tienen que estar basadas en la experiencia propia. Lo que no quiere decir que sean literales. Escuchar este disco no es como leer el Diez Minutos, vamos", cuenta entre sorbo y sorbo de una infusión.
Pero este disco tiene matices. En lugar de tomar una instantánea de la destrucción sentimental, de documentar el duelo de la separación, Christina pormenoriza sus pequeñas resurrecciones. Así lo relata: "Las canciones salen de mi propia experiencia: una relación estable que se acaba. De repente, el suelo se ha caído y sales al mundo de los solitarios. Y para mi sorpresa me encuentro con el mundo de la adolescencia, que yo creía superado. Detrás de cada separación amorosa hay una adolescencia".
Así que, de repente, madre y adulta, se encuentra lamentando que su ligue prefiera la droga antes que a ella, como canta en el estribillo de La distancia adecuada, primer single del disco: "Esa señorita/ que rima conmigo/ que te ronda siempre alrededor/ es tu favorita/ te lleva consigo/ y te gusta más que mi canción".
Christina pasa de la balada dulce afrancesada (Por la noche, Animales vertebrados) al rock oscuro y terminal que emula a Nick Cave (Eclipse), sin olvidar las píldoras de rockde efecto inmediato (Tres minutos, Tu boca). Como dice ella, "mi música está llena de contrastes: sencilla y complicada, dulce y amarga...".