lunes, noviembre 03, 2008

"Detrás de cada ruptura amorosa hay una adolescencia"



Christina Rosenvinge vuelve a cantar en español en su nuevo disco, Tu labio superior, once canciones que documentan la resaca de una separación sentimental





No es fácil crecer en el mundo de la música pop. Asociado a la efervescencia de la primera juventud, el pop también el rock corre el riesgo de esclerotizarse en la madurez.
De ahí que el término pop adulto suele asociarse, generalmente, con el aburrimiento. A los 20 años de edad, cuatro amigos con un par de estribillos envalentonados, un poco de talento y otro tanto de morro, pueden llegar a hacer un disco excitante. A los 40, las cosas se ven de otra manera. Son más complicadas.
Christina Rosenvinge habla de pop adulto sin vacilaciones. Se puede cumplir 44 años sobre el escenario de una sala de rock. Se puede tener dos hijos y seguir haciendo canciones tan sustanciosas más sustanciosas, en realidad como las que Christina vomitaba a los 20 en la segunda división de la Movida madrileña.
La cantante madrileña, de padre danés y madre inglesa, es un claro ejemplo de crecimiento artístico. Otros compañeros de generación léase pop español de los ochenta no pueden decir lo mismo. Casi todos.
«En mi nuevo disco, la música casi está al servicio de las letras»
Christina sigue siendo y pareciendo una estrella, una celebridad. Buscando un café tranquilo para hacer esta entrevista, la cantante avanza por la calle Mayor de Madrid enfundada en un abrigo oscuro, oculta bajo unas gafas de sol negras y agitando su brillante melena rubia. Si no fuera una famosa cantante, la gente se la quedaría mirando como si lo fuese realmente. Sentados a la mesa, su piel es aún más pálida, un tanto intimidante. Su rostro desvaído, lánguido, revive a la altura de los ojos: claros y despiertos. Todo un contraste, Christina, como su música.
"Al contrario de la creencia popular, creo que la música pop puede ganar mucho con los años dice, y no suena a justificación; el pop para adultos, y cuando digo adultos no hablo de 25, sino de gente de 40 ó 50, es un género en sí. Tocas de otra manera, simplificas, tienes un estilo muy determinado". Y para verificar sus palabras, el 4 de noviembre publica Tu labio superior, un disco, claro, de pop adulto.
De Nueva York a Madrid
"Para que las letras tengan vida, han de basarse en la experiencia propia"
Christina cambia de marcha. Sus últimos tres discos, en inglés, pertenecen a su etapa neoyorquina, donde vivió durante unos años en el cambio de siglo. Tu labio superior, en cambio, está cantado íntegramente en español. ¿Una vuelta a los noventa, a la época de los Subterráneos? "No había una estrategia. Fundamentalmente, canto en español porque llevo viviendo aquí cinco años. Por otra parte, el disco con Nacho Vegas [Verano fatal, publicado en 2007] ya era en español. Además, me apetecía contar historias que se entendieran". Era esto, más que lo otro. Lo dice más claro aquí: "En este disco, la música está casi al servicio de las letras".
De ahí la sencillez de sus nuevas canciones, mucho más básicas que las enrevesadas composiciones de sus últimos tres discos. ¿Se complicaba la vida? Christina se ríe, no se siente atacada y demuestra una habilidad poco usual para tomar distancia de su propia obra. "En Continental 62 [su anterior disco] estaba buscando hacer algo muy original, algo muy propio que no hiciera nadie más. Llegué a escribir una canción que tenía siete partes y en la que no se repetía la instrumentación. Cuando llegas a ese punto, o te pasas de rosca o vuelves a lo sencillo. Tu labio superior está hecho de una manera muy intuitiva, muy básica, lo que no significa que me repita. En estas canciones hay ideas nuevas, me estoy arriesgando. Hay un sonido distinto y una manera de escribir distinta", explica la cantante.
Antes muerta que compleja
"Escuchar este disco no es como leer el 'Diez minutos'"
Les pasa a muchos músicos (y artistas). Con los años, se vuelven sencillos. El británico Nick Lowe dice que componer una canción es desnudarla y desnudarla "hasta que no parezca que la he escrito yo". Jorge Oteiza se reía del miedo al folio en blanco: "¡Pero si no es más que escribir tres palabras y hacer combinaciones!".
Además, los músicos suelen merodear la simpleza cuando tienen cosas importantes que contar. Christina Rosenvinge ha vivido una ruptura amorosa y Tu labio superior la constata. "Para que las letras tengan vida y sean creíbles, tienen que estar basadas en la experiencia propia. Lo que no quiere decir que sean literales. Escuchar este disco no es como leer el Diez Minutos, vamos", cuenta entre sorbo y sorbo de una infusión.
Pero este disco tiene matices. En lugar de tomar una instantánea de la destrucción sentimental, de documentar el duelo de la separación, Christina pormenoriza sus pequeñas resurrecciones. Así lo relata: "Las canciones salen de mi propia experiencia: una relación estable que se acaba. De repente, el suelo se ha caído y sales al mundo de los solitarios. Y para mi sorpresa me encuentro con el mundo de la adolescencia, que yo creía superado. Detrás de cada separación amorosa hay una adolescencia".
Así que, de repente, madre y adulta, se encuentra lamentando que su ligue prefiera la droga antes que a ella, como canta en el estribillo de La distancia adecuada, primer single del disco: "Esa señorita/ que rima conmigo/ que te ronda siempre alrededor/ es tu favorita/ te lleva consigo/ y te gusta más que mi canción".
Christina pasa de la balada dulce afrancesada (Por la noche, Animales vertebrados) al rock oscuro y terminal que emula a Nick Cave (Eclipse), sin olvidar las píldoras de rockde efecto inmediato (Tres minutos, Tu boca). Como dice ella, "mi música está llena de contrastes: sencilla y complicada, dulce y amarga...".

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